En el mes de
septiembre de 1925, arribó a Chile el príncipe de Gales.
Un mes antes, en
su editorial, la Revista Masónica de Chile saludaba la próxima llegada de Su
Alteza Real, diciendo:
“La Masonería
chilena se siente orgullosa al saludar en Eduardo de Windsor, al Segundo Gran
Vigilante de la Gran Logia [Unida] de Inglaterra y actual Gran Maestro de
Distrito del Condado de Sarrey.
“Tremolarán las
banderas, los vítores atronarán los aires y las flores caerán sobre su carroza
de gala; entre tanto, los masones, con íntima satisfacción, pensaremos que el
que pasa, dejando tras de sí una estela cariñosa, es uno de los nuestros, es
uno más en la interminable cadena de los obreros del ideal […]”.
El articulista
agregaba que habría sido muy grato para la Masonería chilena haber recibido en
sus Templos a esta alta autoridad masónica, pero, lamentablemente, los
protocolos de la casa real impedían que sus miembros asistiesen a ceremonias
fuera de Inglaterra.
Finalizaba el
artículo expresando:
“Pero estamos
ciertos de que el Príncipe de Gales sabrá que entre la multitud de manos
cariñosas que se alcen a su llegada, estarán también las de sus hermanos de
esta tierra chilena, que le desean, desde el fondo de sus corazones, salud,
fuerza y unión”.
Durante
su visita, Su Alteza Real Eduardo de Windsor se entrevistó con el presidente de
la República, querido hermano Arturo Alessandri Palma, y participó en muchas
actividades sociales, como carreras en el Club Hípico, una gala en el Teatro
Municipal, una cena y baile en el Club de la Unión, colocación de primeras
piedras en algunas construcciones que se preparaban en Santiago y en
Valparaíso, concurrió a una revista militar en el Parque Cousiño y a una en la
Escuela de Caballería, en Quillota.
En Valparaíso,
visitó la Escuela Naval, se le ofreció un almuerzo en el acorazado “Almirante
Latorre” y pasó revista a los reservistas británicos. En Viña del Mar, participó
en un partido de polo en el Sporting Club, la colonia británica le ofreció una
recepción en el Gran Hotel y se organizó un baile en su honor en el Club de
Viña del Mar.
En todos estos
encuentros recibió el cariño del pueblo chileno, constatando la admiración y
respeto que se tenía a su país.
Llegaba
a Chile el hijo del rey de la nación más importante de la Tierra y encontraba
en nuestro país una comunidad británica numerosa y patriótica, que mucho había
contribuido con su esfuerzo al desarrollo nacional.
Para
la Masonería, tal como lo reseñaba la Revista Masónica de Chile, la visita del
hijo de Jorge V, rey del Reino Unido y de los dominios de la Mancomunidad
Británica y Emperador de la India, revestía especial importancia, pues visitaba
nuestro territorio una de las más altas autoridades del reino más poderoso del
mundo, quien, a su vez, era Segundo Gran Vigilante de la Gran Logia Unida de
Inglaterra y Gran Maestro de distrito.
La
Gran Logia de Chile, desde hacía más de medio siglo mantenía firmes lazos de
amistad con la Respetable Logia Harmony N°1411, establecida en Valparaíso desde
el año 1872.
Los
lazos fraternales que unían a los masones en Valparaíso quedaron patentes en
actividades compartidas en bien de la comunidad, como la Unión Masónica para el
Salvamento de Vidas en Mar y en Tierra, en la que participó la Logia Harmony en
1882, junto a las Logias de nuestra obediencia.
Algo
semejante ocurrió cuando Chile rindió homenaje a los hermanos Ernest Shackleton
y Luis Pardo Villalón, unidos en su hazaña antártica, y la Respetable Logia
Harmony N°1411 celebró Tenida, el 30 de septiembre de 1906, para rendirles
tributo. Esa noche, 45 miembros de Harmony y 85 hermanos visitadores, la mayor
parte de ellos miembros de nuestra Obediencia, enlazaron sus corazones para
brindar su amor fraternal a estos héroes que habían librado una batalla épica
contra los elementos, salvando las vidas de los exploradores náufragos.
Estos
lazos se estrecharon aún más en una tenida especialmente organizada en
Valparaíso, el 22 de enero de 1912, cuando la Gran Logia de Chile recibió a
Harmony N°1411, mandatada por la Gran Logia Unida de Inglaterra para hacer esta
visita.
En
esa ocasión, el Venerable Maestro de Harmony, acompañado de una delegación
compuesta por 18 hermanos, señaló que acudía a esta Tenida que se efectuaba en
honor de su Logia madre, para probar que la Gran Logia Unida de Inglaterra
estaba animada de los mejores propósitos de fraternidad y de cordial amistad
con la Gran Logia de Chile y con las logias de su jurisdicción.
Agregó
en seguida que hacía votos porque estas excelentes relaciones fuesen
eternamente duraderas.
El
9 de junio de 1925, la Gran Logia Unida de Inglaterra reconoció a la Gran Logia
de Chile, como una potencia regular dentro del universo masónico.
En
la Asamblea que la nuestra obediencia celebró el 5 de junio de 1927, el Gran
Maestro Héctor Boccardo Benvenutto informó que había mantenido una nutrida
correspondencia con la Gran Logia Unida de Inglaterra, la que lo había honrado
nombrándolo su Garante de Amistad en Chile.
Lamentaba
el Muy Respetable Hermano Boccardo que ni el Pro Gran Maestro ni el presidente
de la Comisión de Asuntos Generales hubiesen podido viajar a Chile, accediendo
a nuestra invitación, dados sus muchos compromisos. A pesar de ello, nuestro
Gran Maestro indicó que le asistía la confianza de que las relaciones entre
ambas Grandes Logias se habían cimentado en amplios conceptos de cooperación
fraternal.
Medio
siglo más tarde, el 15 de abril de 1987, el Gran Maestro Óscar Pereira
Henríquez y el Gran Maestro Distrital George Frederik Newel, este último en
representación de Su Alteza Real, el Muy Respetable Hermano Duque de Kent, Gran
Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra, suscribieron un documento que, en
trece artículos, vino a reafirmar la tácita hospitalidad fraternal que la Gran
Logia de Chile extendía a la Gran Logia Unida de Inglaterra y a su Respetable
Logia Harmony N°1411.
El 14 de diciembre
de 2018, en conjunto con el Muy Respetable Hermano Ian Thurn, Gran Maestro de
la Gran Logia del Distrito de Sud América, División Sur, de la Gran Logia Unida
de Inglaterra, suscribimos un acta de reafirmación de lazos fraternales,
destacando que, desde hace casi cien años, la Gran Logia de Chile y la Gran
Logia Unida de Inglaterra mantienen una profunda y sincera relación de
fraternidad y amistad, tras el reconocimiento de regularidad otorgado por esta,
el 9 de junio de 1925.
Es
muy grato para la Gran Logia de Chile constatar que en su territorio trabaja la
única Logia que la Gran Logia Unida de Inglaterra mantiene en la costa del
Pacífico de nuestro continente y es más grato todavía confirmar que los
integrantes de Harmony N°1411 son especialmente apreciados por los hermanos de
nuestros Talleres.
Desde hace un
tiempo, estos queridos hermanos comparten una de nuestras casas masónicas, de
modo que, si antes los vínculos fraternales eran estrechos, hoy lo son aún más,
pues la convivencia masónica constituye el cimiento que hace fuerte y
permanente el templo inmaterial que constantemente trabajamos para gloria del
Gran Arquitecto del Universo.
Nuestro deseo era
concurrir a Londres, la próxima semana, para realizar una visita fraternal a la
Gran Logia Unida de Inglaterra, en conmemoración de este aniversario importante
para nosotros. La pandemia que ha azolado a nuestro planeta ha frustrado ese
propósito.
En
subsidio, la Gran Logia de Chile ha querido hacer este especial recuerdo, en
conmemoración de los 95 años del reconocimiento fraternal, a pesar de las
circunstancias especiales en que está transcurriendo la vida en el planeta.
Tenemos
temporalmente suspendidos los trabajos presenciales, no tenemos la posibilidad
de estrechar nuestras manos ni unirnos en estrecho abrazo fraternal con los
hermanos que queremos y admiramos.
Sin
embargo, el espíritu masónico prevalece y nada logrará impedir que los masones
sigamos avanzando en procura de nuestros altos ideales.
Hemos dicho, recientemente, que es imposible
no reconocer que este período producirá un cambio en nosotros, en nuestro
entorno o en muchas cuestiones que han sido parte fundamental de la vida que
hemos construido con nuestra comprensión de la vida y de lo que hemos
considerado sus fundamentos.
Pensamos que este
es el momento de revisar los sofismas que se han levantado desde la ignorancia,
la arrogancia, el prejuicio, la vanidad. Es el momento de reconocer lo
infinitamente débiles y vulnerables que somos cuando confiamos exclusivamente
en nuestra individualidad y en creer que somos superiores, porque hemos tenido
más éxito o hemos tenido más logros que nuestros homólogos.
Es
el momento de pensar que tenemos la oportunidad de ser mejores y tratar de
comprender dónde está el bien, para aprender que solo la bondad puede superar nuestros
instintos primordiales, que se expresan en egoísmo, codicia y ambición.
Es el momento,
queridos hermanos, de pensar que nos debemos los unos a los otros, para poder
resolver los grandes problemas que marcan la comprensión humana de lo que es la
civilización, problemas que tienen al sistema vital planetario en un estrés
peligroso, que puede conducir a un colapso sistémico irrecuperable.
Hemos
hecho un llamado por la prensa para que se escuche a la ciencia y se abandone
la soberbia de las opiniones que solo reflejan intereses, pues la verdad, en su
esencia, debe estar por encima de toda forma de codicia.
Tal
vez sea el momento en que Humanidad vuelva a caminar unida.
Todo
esto lo ha dicho la Masonería desde sus orígenes, llamando al hombre a amar a
sus semejantes y proclamando que la fraternidad y la tolerancia son la argamasa
que debe unir a los seres humanos en busca de la felicidad.
Los
masones, sea cual fuere el rito que practiquemos, trabajamos para aportar a la
construcción del edificio erigido para gloria del Gran Arquitecto del Universo.
Nuestros
corazones laten inspirados en el amor que nos debemos los unos a los otros, en
la conciencia de que, al difundir los principios fundamentales de la Masonería,
estamos permitiendo que el mundo avance hacia una sociedad más justa.
Tal como decía el Libro de las Constituciones,
en 1723, el Amor Fraternal es la fundación y la piedra angular, el cemento y la
gloria de nuestra Fraternidad.
En
esta reunión, mis queridos hermanos, la Gran Logia de Chile ha querido dar
testimonio del histórico vínculo que une a la Masonería chilena con la Gran
Logia Unida de Inglaterra.
Consideramos
que nos une no solo los principios superiores de la Francmasonería, sino
también aquellos elementos que permiten comprender el propósito de las Logias
en bien del mejoramiento de nuestros miembros y de la sociedad.
La
Masonería universal, en estos tiempos críticos para la supervivencia de la
Humanidad, debe constituirse en un refugio para los espíritus y en un faro para
quienes vagan en medio de las sombras sin hallar esperanza ni consuelo.
En
esa tarea continuemos empeñados, mis queridos hermanos. La Humanidad así nos lo
demanda.
Termino
mi saludo deseándole eterna vida a los lazos que unen a la Gran Logia de Chile
con la Gran Logia Unida de Inglaterra y que los principios que nos unen
mantengan su vigor y trascendencia.
Y hago llegar un
saludo fraterno al Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra con
nuestros deseos de permanente éxito en su gestión.