jueves, 16 de julio de 2020

A 95 años del reconocimiento de la Gran Logia de Chile por la Gran Logia Unida de Inglaterra

En el mes de septiembre de 1925, arribó a Chile el príncipe de Gales.
Un mes antes, en su editorial, la Revista Masónica de Chile saludaba la próxima llegada de Su Alteza Real, diciendo:
“La Masonería chilena se siente orgullosa al saludar en Eduardo de Windsor, al Segundo Gran Vigilante de la Gran Logia [Unida] de Inglaterra y actual Gran Maestro de Distrito del Condado de Sarrey.
“Tremolarán las banderas, los vítores atronarán los aires y las flores caerán sobre su carroza de gala; entre tanto, los masones, con íntima satisfacción, pensaremos que el que pasa, dejando tras de sí una estela cariñosa, es uno de los nuestros, es uno más en la interminable cadena de los obreros del ideal […]”.
El articulista agregaba que habría sido muy grato para la Masonería chilena haber recibido en sus Templos a esta alta autoridad masónica, pero, lamentablemente, los protocolos de la casa real impedían que sus miembros asistiesen a ceremonias fuera de Inglaterra.
Finalizaba el artículo expresando:
“Pero estamos ciertos de que el Príncipe de Gales sabrá que entre la multitud de manos cariñosas que se alcen a su llegada, estarán también las de sus hermanos de esta tierra chilena, que le desean, desde el fondo de sus corazones, salud, fuerza y unión”.
            Durante su visita, Su Alteza Real Eduardo de Windsor se entrevistó con el presidente de la República, querido hermano Arturo Alessandri Palma, y participó en muchas actividades sociales, como carreras en el Club Hípico, una gala en el Teatro Municipal, una cena y baile en el Club de la Unión, colocación de primeras piedras en algunas construcciones que se preparaban en Santiago y en Valparaíso, concurrió a una revista militar en el Parque Cousiño y a una en la Escuela de Caballería, en Quillota.
En Valparaíso, visitó la Escuela Naval, se le ofreció un almuerzo en el acorazado “Almirante Latorre” y pasó revista a los reservistas británicos. En Viña del Mar, participó en un partido de polo en el Sporting Club, la colonia británica le ofreció una recepción en el Gran Hotel y se organizó un baile en su honor en el Club de Viña del Mar.
En todos estos encuentros recibió el cariño del pueblo chileno, constatando la admiración y respeto que se tenía a su país.
            Llegaba a Chile el hijo del rey de la nación más importante de la Tierra y encontraba en nuestro país una comunidad británica numerosa y patriótica, que mucho había contribuido con su esfuerzo al desarrollo nacional.
            Para la Masonería, tal como lo reseñaba la Revista Masónica de Chile, la visita del hijo de Jorge V, rey del Reino Unido y de los dominios de la Mancomunidad Británica y Emperador de la India, revestía especial importancia, pues visitaba nuestro territorio una de las más altas autoridades del reino más poderoso del mundo, quien, a su vez, era Segundo Gran Vigilante de la Gran Logia Unida de Inglaterra y Gran Maestro de distrito.
            La Gran Logia de Chile, desde hacía más de medio siglo mantenía firmes lazos de amistad con la Respetable Logia Harmony N°1411, establecida en Valparaíso desde el año 1872.
            Los lazos fraternales que unían a los masones en Valparaíso quedaron patentes en actividades compartidas en bien de la comunidad, como la Unión Masónica para el Salvamento de Vidas en Mar y en Tierra, en la que participó la Logia Harmony en 1882, junto a las Logias de nuestra obediencia.  
            Algo semejante ocurrió cuando Chile rindió homenaje a los hermanos Ernest Shackleton y Luis Pardo Villalón, unidos en su hazaña antártica, y la Respetable Logia Harmony N°1411 celebró Tenida, el 30 de septiembre de 1906, para rendirles tributo. Esa noche, 45 miembros de Harmony y 85 hermanos visitadores, la mayor parte de ellos miembros de nuestra Obediencia, enlazaron sus corazones para brindar su amor fraternal a estos héroes que habían librado una batalla épica contra los elementos, salvando las vidas de los exploradores náufragos.
            Estos lazos se estrecharon aún más en una tenida especialmente organizada en Valparaíso, el 22 de enero de 1912, cuando la Gran Logia de Chile recibió a Harmony N°1411, mandatada por la Gran Logia Unida de Inglaterra para hacer esta visita.
            En esa ocasión, el Venerable Maestro de Harmony, acompañado de una delegación compuesta por 18 hermanos, señaló que acudía a esta Tenida que se efectuaba en honor de su Logia madre, para probar que la Gran Logia Unida de Inglaterra estaba animada de los mejores propósitos de fraternidad y de cordial amistad con la Gran Logia de Chile y con las logias de su jurisdicción.
            Agregó en seguida que hacía votos porque estas excelentes relaciones fuesen eternamente duraderas.
            El 9 de junio de 1925, la Gran Logia Unida de Inglaterra reconoció a la Gran Logia de Chile, como una potencia regular dentro del universo masónico.
            En la Asamblea que la nuestra obediencia celebró el 5 de junio de 1927, el Gran Maestro Héctor Boccardo Benvenutto informó que había mantenido una nutrida correspondencia con la Gran Logia Unida de Inglaterra, la que lo había honrado nombrándolo su Garante de Amistad en Chile.
            Lamentaba el Muy Respetable Hermano Boccardo que ni el Pro Gran Maestro ni el presidente de la Comisión de Asuntos Generales hubiesen podido viajar a Chile, accediendo a nuestra invitación, dados sus muchos compromisos. A pesar de ello, nuestro Gran Maestro indicó que le asistía la confianza de que las relaciones entre ambas Grandes Logias se habían cimentado en amplios conceptos de cooperación fraternal.
            Medio siglo más tarde, el 15 de abril de 1987, el Gran Maestro Óscar Pereira Henríquez y el Gran Maestro Distrital George Frederik Newel, este último en representación de Su Alteza Real, el Muy Respetable Hermano Duque de Kent, Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra, suscribieron un documento que, en trece artículos, vino a reafirmar la tácita hospitalidad fraternal que la Gran Logia de Chile extendía a la Gran Logia Unida de Inglaterra y a su Respetable Logia Harmony N°1411.
El 14 de diciembre de 2018, en conjunto con el Muy Respetable Hermano Ian Thurn, Gran Maestro de la Gran Logia del Distrito de Sud América, División Sur, de la Gran Logia Unida de Inglaterra, suscribimos un acta de reafirmación de lazos fraternales, destacando que, desde hace casi cien años, la Gran Logia de Chile y la Gran Logia Unida de Inglaterra mantienen una profunda y sincera relación de fraternidad y amistad, tras el reconocimiento de regularidad otorgado por esta, el 9 de junio de 1925.
            Es muy grato para la Gran Logia de Chile constatar que en su territorio trabaja la única Logia que la Gran Logia Unida de Inglaterra mantiene en la costa del Pacífico de nuestro continente y es más grato todavía confirmar que los integrantes de Harmony N°1411 son especialmente apreciados por los hermanos de nuestros Talleres.
Desde hace un tiempo, estos queridos hermanos comparten una de nuestras casas masónicas, de modo que, si antes los vínculos fraternales eran estrechos, hoy lo son aún más, pues la convivencia masónica constituye el cimiento que hace fuerte y permanente el templo inmaterial que constantemente trabajamos para gloria del Gran Arquitecto del Universo. 
Nuestro deseo era concurrir a Londres, la próxima semana, para realizar una visita fraternal a la Gran Logia Unida de Inglaterra, en conmemoración de este aniversario importante para nosotros. La pandemia que ha azolado a nuestro planeta ha frustrado ese propósito.
            En subsidio, la Gran Logia de Chile ha querido hacer este especial recuerdo, en conmemoración de los 95 años del reconocimiento fraternal, a pesar de las circunstancias especiales en que está transcurriendo la vida en el planeta.
            Tenemos temporalmente suspendidos los trabajos presenciales, no tenemos la posibilidad de estrechar nuestras manos ni unirnos en estrecho abrazo fraternal con los hermanos que queremos y admiramos.
            Sin embargo, el espíritu masónico prevalece y nada logrará impedir que los masones sigamos avanzando en procura de nuestros altos ideales.
             Hemos dicho, recientemente, que es imposible no reconocer que este período producirá un cambio en nosotros, en nuestro entorno o en muchas cuestiones que han sido parte fundamental de la vida que hemos construido con nuestra comprensión de la vida y de lo que hemos considerado sus fundamentos.
Pensamos que este es el momento de revisar los sofismas que se han levantado desde la ignorancia, la arrogancia, el prejuicio, la vanidad. Es el momento de reconocer lo infinitamente débiles y vulnerables que somos cuando confiamos exclusivamente en nuestra individualidad y en creer que somos superiores, porque hemos tenido más éxito o hemos tenido más logros que nuestros homólogos.
            Es el momento de pensar que tenemos la oportunidad de ser mejores y tratar de comprender dónde está el bien, para aprender que solo la bondad puede superar nuestros instintos primordiales, que se expresan en egoísmo, codicia y ambición.
Es el momento, queridos hermanos, de pensar que nos debemos los unos a los otros, para poder resolver los grandes problemas que marcan la comprensión humana de lo que es la civilización, problemas que tienen al sistema vital planetario en un estrés peligroso, que puede conducir a un colapso sistémico irrecuperable.
            Hemos hecho un llamado por la prensa para que se escuche a la ciencia y se abandone la soberbia de las opiniones que solo reflejan intereses, pues la verdad, en su esencia, debe estar por encima de toda forma de codicia.
            Tal vez sea el momento en que Humanidad vuelva a caminar unida.
            Todo esto lo ha dicho la Masonería desde sus orígenes, llamando al hombre a amar a sus semejantes y proclamando que la fraternidad y la tolerancia son la argamasa que debe unir a los seres humanos en busca de la felicidad.
            Los masones, sea cual fuere el rito que practiquemos, trabajamos para aportar a la construcción del edificio erigido para gloria del Gran Arquitecto del Universo.
            Nuestros corazones laten inspirados en el amor que nos debemos los unos a los otros, en la conciencia de que, al difundir los principios fundamentales de la Masonería, estamos permitiendo que el mundo avance hacia una sociedad más justa.
             Tal como decía el Libro de las Constituciones, en 1723, el Amor Fraternal es la fundación y la piedra angular, el cemento y la gloria de nuestra Fraternidad. 
            En esta reunión, mis queridos hermanos, la Gran Logia de Chile ha querido dar testimonio del histórico vínculo que une a la Masonería chilena con la Gran Logia Unida de Inglaterra.
            Consideramos que nos une no solo los principios superiores de la Francmasonería, sino también aquellos elementos que permiten comprender el propósito de las Logias en bien del mejoramiento de nuestros miembros y de la sociedad.
            La Masonería universal, en estos tiempos críticos para la supervivencia de la Humanidad, debe constituirse en un refugio para los espíritus y en un faro para quienes vagan en medio de las sombras sin hallar esperanza ni consuelo.
            En esa tarea continuemos empeñados, mis queridos hermanos. La Humanidad así nos lo demanda.
            Termino mi saludo deseándole eterna vida a los lazos que unen a la Gran Logia de Chile con la Gran Logia Unida de Inglaterra y que los principios que nos unen mantengan su vigor y trascendencia.
Y hago llegar un saludo fraterno al Gran Maestro de la Gran Logia Unida de Inglaterra con nuestros deseos de permanente éxito en su gestión.

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