Es muy grato para quien les habla, compartir con la Masonería chilena la conmemoración del centenario de la presencia masónica en Chiloé. Lo hacemos con el respeto que se merecen todos aquellos que emprendieron la fundación de las primeras células masónicas – los triángulos – y que dieron vida a las logias, en la medida que aquellos ganaron fuerza y vigor.
Remitiéndonos
a la conmemoración del centenario de la independencia de Chile en 1910, la
Revista “La Verdad” promueve la importancia que tendría para el desarrollo de
la masonería chilena la creación de Triángulos Masónicos en aquellos Valles en
que donde no hubiera presencia masónica, con el objeto ulterior de crear Logias
Masónicas.
El
Gran Maestro Víctor
Guillermo Ewing Acuña acepta la idea que luego es aprobada por la Gran Logia de
Chile, dictando un Reglamento “perfectamente meditado que permite obtener efectos
de gran valía”.
Cabe
señalar que la creación de un Triángulo será un hito de suma relevancia, por
cuanto se extienden los trabajos y la acción bienhechora de la Orden en una
zona donde antes no existía presencia masónica institucionalizada.
Con
este instrumento, el 17 de octubre de 1921, mediante el Decreto N°7 del Gran
Maestro Luis
Alberto Navarrete y López, se autoriza la fundación del Triángulo “Galvarino”
N°18, celebrándose la ceremonia de su instalación el 16 de noviembre del mismo
año, en el Valle de Castro.
Dentro
de las actividades del triángulo Galvarino, se destaca en un informe de su
presidente: “se han leído trabajos, se ha discutido puntos de interés y en cada
sesión se ha leído o comentado algún artículo de valor masónico. Además, se ha
encargado de la organización de la “Brigada de Boy Scouts”, de la “Liga de
Estudiantes Pobres de Castro”, de la “Liga Protectora de Animales” y se ha desarrollado planes para establecer Escuelas Vocacionales y nocturnas para Adultos. El
Triángulo cumplió con creces sus compromisos y acudió presuroso en ayuda de
viudas, huérfanos y hermanos en situación precaria”.
La
Instalación de la Logia “Luz Austral” N°61 del Valle de Puerto Montt en 1922, fue un importante aporte fraternal que se
expandió hacia el territorio insular. Con su apoyo y con la fructífera labor de
los masones del Triángulo “Galvarino” de Castro, se hace evidente la necesidad
de contar con la orgánica masónica en el Valle de Ancud.
Es
así como, mediante Decreto N°116 del Gran Maestro Héctor Boccardo Benvenuto, del 26 de enero de 1927 se autoriza la instalación
del Triángulo “Ormuzd” N°26, celebrándose la ceremonia de su instalación el 8
de abril del mismo año.
Sus
primeras reuniones se dedicaron al perfeccionamiento de los integrantes del
Cuadro, realizando estudios tan destacados como “Tolerancia”, “Vicios
sociales”, “Las deficiencias de la Instrucción Primaria”, “El espíritu
fraternal” y otros, ampliando los horizontes de sus participantes.
También
se realizó acción masónica, que se concretó especialmente en torno a diversas
instituciones, tales como la “Sociedad Protectora de Estudiantes Pobres”, la
“Liga Deportiva”, la “Brigada de Boy Scouts” del Liceo, además de importantes
veladas de extensión cultural consistentes en ciclos de extensión musical y
conferencias sobre aspectos de interés social, entregando enseñanzas del
carácter más universal posible, a cargo de integrantes del mismo Triángulo o
personas distinguidas de la ciudad.
Con
la instauración de este accionar, se fue asentando la masonería en el
Archipiélago de Chiloé, entronizándose en el corazón de sus habitantes, así
como ellos lo están en sus mitos y leyendas, desempeñando el papel de purificar
las individualidades de los errores, prejuicios y dogmas, para crear hombres
mejores.
Pese
a las adversidades del clima y dificultades de desplazamiento, el trabajo
masónico sigue desarrollándose, logrando que mediante Decreto N°37 del Gran
MaestroHermógenes del Canto Aguirre del 23 de septiembre de 1941, se autoriza la
creación de la Logia “Estrella
Insular” N°78, en el Valle de Ancud, que levanta Columnas el 12 de octubre del
mismo año, dirigiendo la Comisión Instaladora el Querido Hermano Orestes Frodden Lorenzen, entonces miembro del Consejo de la Gran Logia y
futuro Gran Maestro en el período 1948-1953.
El
trabajo de la primera logia insular se desarrollará con fuerza y vigor, tanto
en sus actividades intramurales como en los aspectos de extensión extramural,
especialmente por la acción benéfica de las organizaciones creadas bajo su
seno, como el “Club de Amigos del Progreso de Ancud” y del “Centro Femenino Austral”.
Hace
algunos días se ha celebrado su octogésimo aniversario, con las limitaciones de
tipo sanitario, donde no hubo impedimento para homenajear el rol de la
educación pública y destacar la trayectoria de abnegación de dos bomberos de la
ciudad.
Complementando
el trabajo masónico, mediante Decreto N°252 del 30 de noviembre de 1965 del
Gran Maestro Aristóteles Berlendis Sturla, se autoriza la creación de la Logia "Chiloé" N°120, en el Valle de Castro, elevando sus columnas el 5 de marzo de
1966.
Mediante
Decreto N°195 del Gran Maestro Jorge Carvajal Muñoz, del 20 de octubre de 2009,
se autoriza la creación de Logia en Instancia “Víctor Manuel Chiappa Lay” en el
Valle de Quellón, cuya Carta Constitutiva es otorgada mediante Decreto N°97/2015
del Gran Maestro Luis Riveros Cornejo, asignándole el número de matrícula N°231, levantando
Columnas el 28 de noviembre de 2015, que el pasado sábado realizó una ceremonia
de homenaje a los 100 años de presencia masónica.
La
masonería femenina también está presente en Chiloé, precisamente en el Valle de
Castro. Dependiendo de la Gran Logia Femenina de Chile levantó Columnas la
Logia “Pelomtuwe” N°34 el 7 de septiembre del año 2013. El nombre simbólico de
esta Logia traducido del mapudungún es “Fuente de Luz”, recogiendo el
significado que deseamos para la obra masónica.
El
04 de enero de 2019, en reconocimiento a los esfuerzos y desarrollo masónico de
la masonería chilota, nos correspondió generar el decreto 9/2019 que creó la
Jurisdicción Insular de Chiloé, desvinculando las logias de la isla de la
histórica dependencia de la Jurisdicción de Llanquihue, que tantos beneficios
otorgó al desarrollo masónico al otro lado del Canal de Chacao.
En
ese mismo propósito de desarrollo de la nueva división jurisdiccional, este
jueves 21 de octubre recién pasado, hemos tenido la satisfacción de presidir la
Comisión Instaladora de la Logia en Instancia de Constitución “Caleuche”, en el
Valle de Castro, de la cual esperamos su consolidación para constituir una
logia justa y perfecta.
De
este modo comprobamos la fuerza y vigor de la masonería en Chiloé, que, a cien
años de su primer hito presencial, continúa expandiéndose, difundiendo los
principios y valores que propugnamos, fortaleciendo la tolerancia, en pos de
alcanzar la fraternidad universal que tanto necesitamos.
Es
de toda justicia reconocer en estos cien años de masonería en Chiloé a todos
los Queridos Hermanos que han participado en su accionar y desarrollo, constituyendo
un nutrido cuadro de honor.
En
esa pléyade de grandes masones, destacará siempre la consular figura de Víctor
Emanuelle Chiappa Lay, Venerable Maestro de los dos Triángulos, que dieron
origen posteriormente a las Logias “Estrella Insular” N°78 de Ancud y “Chiloé” N°120 de Castro. Fue no solo una
figura masónica pionera y perseverante, sino también una gran figura
intelectual de su tiempo, ligada a las ilustres generaciones de la cultura
chilena de la primera parte del siglo XX.
Nuestro homenaje a aquellos pioneros.
(Quellón, octubre de 2021)
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