viernes, 16 de julio de 2021

Presentación de la Fundación Moisés Poblete Troncoso

 

La Masonería reconoce en el trabajo la actividad que eleva la condición humana a su realización espiritual, material y moral. La importancia del trabajo, así entendida, hace de quienes trabajan – en toda su amplia comprensión – sean reconocidos en su importante significación social y moral.

Quienes son tipificados como trabajadores, en las leyes de los países y en los tratados internacionales, constituyen un objetivo fundamental para hacer realidad los logros de las naciones y para el género humano.

Así, para una institución humanista como la que represento, la dignidad de los trabajadores, el respeto a su elevación cualitativa, es un objetivo de un quehacer permanente en la docencia que ocurre en nuestro histórico quehacer.

Desde hace más de un siglo destacados líderes de las organizaciones sindicales y gremiales han sido miembros de la Orden. Destaco figuras históricas tales como Carlos Alberto Martínez, fundador y líder de la FOCH; a Alejandro Escobar Carvallo, uno de los grandes líderes de trabajadores en el tránsito del siglo XIX y XX. A Augusto Pinto, de notable aporte en las luchas por la jornada de 8 horas. Cientos de destacados dirigentes en un siglo, se suman a esos nombres.

La búsqueda de la dignificación del trabajo de los profesionales permitió que destacados masones de los años 1940, lideraran la formación de los colegios profesionales que tanta importancia tuvieron para la dignificación del ejercicio profesional de médicos, químicos farmacéuticos, contadores, agrónomos, veterinarios, etc.

Pero, no se trata solo de aquello tan importante. La sociedad democrática y un orden institucional republicano requieren de órganos que expresen la organización social. La organización gremial y sindical juega un rol de intermediación fundamental, no solo de carácter específicamente económico, sino también social, moral y político.

En la sociedad civil se expresan distintos intereses y objetivos, dentro de la amplia trama de voluntades y aspiraciones. Imposible que los que aportan con su trabajo manual o intelectual, no tengan las necesarias fortalezas de representación e interlocución.

Los acontecimientos nacionales de fines de 2019, desde el punto de vista de las organizaciones de trabajadores planteó un serio desafío, ante la carencia de organizaciones sociales fuertes y con capacidad de conducir las reivindicaciones de importantes sectores de la sociedad.

Acaso la falta de organizaciones representativas poderosas sea una de las explicaciones de la violencia y la incapacidad de consensuar caminos hacia la solución de los problemas que afectan a nuestra sociedad, donde no solo tiene valor la vertiente política.

Pero para construir fortalezas en la organización social, que se expresa a través de gremios y sindicatos, se requiere de formación de líderes que conozcan la legislación, que aprendan el arte de la negociación, que conozcan las tradiciones y la historia, que entiendan en propiedad el rol que les compete.

Las escuelas sindicales, la realización de cursos, la generación de seminarios y otros instrumentos, son los objetivos que nos hemos planteado para hacer posible el proyecto de la Fundación Moisés Poblete Troncoso.

Sabemos que hay otras entidades que cumplen los mismos objetivos. Valoramos a quienes nos preceden en este trabajo.

Nuestro propósito no es competir, sino sumar un acento distinto, sobre la base de no representar un acento ideológico o una particularidad de otro tipo. Queremos generar una línea de trabajo precisamente sin intereses ideológicos o perspectivas específicas, que no sean aquellas puestas en el interés de formar y consolidar liderazgos de calidad, orientados hacia el servicio de sus organizaciones y de la sociedad. El aporte laico, el acento humanista, el pluralismo, la convicción democrática, el sentido republicano del hecho social, serán parte de la gestión que debe abordar la fundación.

Esperamos que la inspiración que nos entrega el legado del destacado impulsor de la legislación laboral en Chile, en América Latina y el mundo, sea un estímulo para colaborar en la formación de una generación de liderazgos, que conduzcan procesos favorables para la dignificación del trabajo.  

Agradezco la participación en este acto de Fabio Bertranou, representante de la OIT, a quien lo tuvimos en el acto del centenario de su organización, la más antigua de las organizaciones internacionales; a José Pérez Debelli, presidente de la ANEF; a Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT; y a Mónica Vargas, presidenta de la Asociación de Colegios Profesionales. Uds le han dado un marco de trascendencia a esta ceremonia tan importante para nosotros.

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